La ventana abierta de mi alma vagabunda. Soy Yo.

La ventana abierta de mi alma vagabunda. Soy Yo.
Un poco de como se ve el mundo desde mis ojos.

domingo, 17 de enero de 2010

Querer.

El reto matutino, si se puede un domingo es querer.

Despertar con los recuerdos latentes y sentir como una semana mas se esfuma caliente. Encender un cigarrito y tomarse un cafecito, la ducha este dia es completamente innecesaria, y es q no hay otra forma de empezar un domingo de aquellos q pensar en q no te bañaras.
Otra vez ese pensamiento q ya no sabes definir como triste, últimamente es un pensamiento mas cómodo y menos recurrente, la obvia resignación de saber q lo llevaras de por vida martillando tu corazón, pero igual, es domingo y no tengo q torturarme con el baño diario. No por ahora.

Esas caras de conductas socialmente permitidas con compañías no muy aceptadas por los demás humanoides siguen rebotando en mis cuestionamientos y en cada golpe surgen preguntitas de tipo no muy filosófico, cuyas respuestas habrán de aparecer mas tarde al ritmo de la pereza dominical, cada día trae su propio afán pero sunday es un día cuya única prisa es q se pase lento, tan lento como sea posible. La fórmula para alargar ese domingo incluye por supuesto prepararse un almuercito consentidor, algún tipo de pollito q nunca aprendí a preparar, o tmbn y en eso tienen razón, dejarse invadir por la pereza y depender de algunas pobres almas para quienes el domingo es un lunes y gracias al marketing de la comodidad nos pueden traer a casita una pizza, hamburguesa o cualquier basura q se antoje. La consigna es no cocinar... q pereza.
El zapping se torna aburridor y quisiéramos ser amigo del primo del conocido de algún familiar q tuviera influencia en los medios para q con la misma facilidad con q pides la comida chatarra pudiésemos pedir una función especial en TV, si se puede sin comerciales y mucho menos con esos comerciales q te hacen sentir enfermo o gordo o pobre o te recuerdan q tus tarjetas de crédito y debito están reventadas y no puedes comprar la maquinita aquella q promete el six pack abdominal por el q todas las mujeres o la gran mayoría babean.

Pero lo obligado es querer, quererse un poquito, consentirse otro tanto, sin censura, saber q este esperpento dominical soy yo en un domingo de una semana agitada.

CUIDADO, no pensar en el día siguiente ni el q precedió, eso es sumamente toxico.
Recomiendo engordar los domingos para arrepentirse el resto de la semana. Estar en mala compañía ayuda a no cometer el mismo error los otros seis largos días. Se permiten todo tipo de lujos.

Escribo esto un domingo en la madrugada por q no me creo capaz de hacer nada mas el resto del día, de este tipo de lujos es q hablo.
Por lo tanto y siendo coherente con lo q escribo aunque generalmente prefiero contradecirme, termino mi breve relato q en lugar de llamarse “querer” debería llamarse “domingo” y les dejo con su propio esperpento dominical al q deben querer mas q a ningún otro.

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