Que lo importante no es ser, sino aparentar. Eso decía un
disque amigo, que aparentaba serlo y por detrás me clavaba el puñal. ¿Y por qué
no decir su nombre? Pues por qué no
merece su nombre estar en mi blog. El que crea todo lo que ve en mi facebook o
le de mareo con lo que pongo en mi twitter… realmente está muy mal.
Vengo trastabillando en mí caminar gracias a creer en las
palabras que algunos dicen con tanta propiedad y convencimiento que incluso a mí
consiguen engañar. A mí, a quien engañar no es fácil. Vengo levantándome de
unos cuantos golpes, unos bajos, otros que vi venir pero que igual quise
recibir. Como saliendo del hospital después de una paliza, con las heridas
cerradas pero adolorido. Así vengo, con mi tumbao medio asincopao. Vengo pensando
en contratiempo. Es obvio estar con la cadencia descuadrada cuando los pencazos
no querían tumbarte sino matarte.
Así fueron los últimos meses de los últimos 3 años. Un solo
venir de mierda, contados días de respiro. Otro dicho: Disque cuando estas
cagado del cielo te llueven miaos.
Un par de lágrimas y la acostumbrada tembladera por tantos días
de alcohol terminaron con el embrujo y la frustración. La canción, Ahí voy, del
señor Fito.
He vuelto.
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