Corría por allá un día del 2.000, tengo recuerdos vagos,
eran días de caos. No quiero decir que el caos se ha ido, solo es diferente, es
un poco mas… digamos sofisticado.
Iba llegando a mi cuarto de siglo y no esperaba nada de la
vida cuando la vida me lo dio todo. No sabes cuantas canciones te he dedicado
princesa… A pesar de no tener muchos recuerdos de esos días por aquello de que
el cerebro elige que y como recordar, y de que siempre hay tres versiones, la
que fue, la que uno recuerda y la que decide contar… de algo estoy muy seguro…
es algo que tengo ahí anclado en mi pecho, ese algo fue ese día cuando conocí
el amor.
Quizás por eso jamás pude volver a enamorarme así, por si se
lo preguntan… Sí, he amado de muchas formas, pero ninguna tan hermosa y
celestial como te amo desde que te conocí.
Hoy celebramos quizás la partida de tu niñez y tarde el
amanecer de tu adolescencia que ya es juventud y pronto será adultez. Hoy otra
vez te dejo conocer algo de mí que nadie conoce. Pero hoy no se trata de mí, yo soy el protagonista de mi propia película
y sabes que le pongo música cada día, así como tú y tus canciones, así como tú
y tus audífonos… sin embargo hoy no se trata de mi… pero quiero pensar que
aunque seas la protagonista de tu vida, en parte también lo soy… eres yo, eres
ese milagro en el que uno es inmortal e inconsciente. Eres también como Sara,
Nano, sofí… La continuación de mi vida. Eres mi legado. Eres eso que le regalo
al mundo que tantas veces nos escupió y que seguro estará feliz por todos
nuestros triunfos. Tú eres uno de esos triunfos que nadie nos puede quitar. De
eso estoy seguro porque me ha quitado todo ya, incluso el amor… y no hablo de
una mujer, no hablo del amor vulgar, del amor fatuo… hablo del amor. Sin embargo ninguna situación,
ningún dolor, ninguna distancia, ningún sentimiento, ningún humano, ningún ángel…
Ningún demonio ni Dios a quienes conozco en persona pudieron ni podrán quitarme
esto que siento por ti… mi Camila, mi amor. Y creo es por eso que jamás
olvidaré ese día por allá en el 2.000 en que tu nacías, hace 15 años, en el
hospital de la policía… para que vean que también rimo, que rimo como sabina…
podría decirte muchas cosas y te las diré pero no ahora… tenemos toda la vida
para amarnos, para escucharnos y creo que nada de todo eso le interesa al público
presente… No se preocupen ya casi termino, prometí ser breve pero no laxo.
Tienes todo el mundo, toda la vida, todo el dolor, todo el
amor, toda la aventura, toda la pasión, toda la música, todos los viajes, todas
las películas y la tuya… tienes en frente todo y mas… tienes todo eso en lo que
quizás solo estaré presente en tus genes y en tu mente. Jamás por nada del
mundo olvides que también me tienes a mí, jamás olvides que eres el amor de mi
vida. Jamás olvides que eres la dueña de mi corazón.
Era madrugada, estaba ansioso, todos pensaban que eras un niño pero el péndulo no
miente. Yo sabía que eras una niña. Estaba solo en un pasillo del piso primero de
ese hospital, tú arriba nacías y de repente una canción comienza a sonar en mi
cabeza… otra vez ese sujeto que me acompaña como banda sonora de mi vida desde
que lo conozco. Me levanto de la silla con el culo frio de la madrugada
sabanera en medio de ese epifanico silencio… y con esa euforia que jamás volví
a sentir hasta este momento, unas horas antes de nuestro primer beso, unas
horas antes de ser el primer hombre que te besara en la boca, de ser quizás el
hombre que más te ame en la vida… comienzo a cantar
“tus regalos deberían de llegar” Fito paez.